El Señor resucitó venciendo la muerte en la cruz, nuestra esperanza está en Él, Él es nuestro Salvador. Atrás quedó el temor, la duda y la poca fe, hagamos ya realidad un Reino nuevo de amor.
Somos testigos de la Resurrección, Él está aquí, está presente, es Vida y es Verdaad. Somos testigos de la Resurrección, Él está aquí, su Espíritu nos mueve para amar. Tú nos reúnes, Señor, en torno al cáliz y al pan, y nos invitas a ser la luz del mundo y la sal. Donde haya odio y dolor haremos presente tu paz; en cada gesto de amor, María, Madre, estará.
Estribillo final (bis) y para el bis, subimos un tono: Somos testigos de la Resurrección, Él está aquí, está presente, es Vida y es Verdaad. Somos testigos de la Resurrección, Él está aquí, su Espíritu nos mueve para amar.
"Aleluya", cantará quien perdió la esperanza; y la tierra sonreirá. ¡Ale-lu-u-ya! Lo cantamos 3 veces: la primera con arpegio, la segunda con rasgueo suave, la tercera con rasgueo fuerte; subiendo, escalonadamente, el volumen de la voz en cada una de ellas.
¿Qué te puedo dar que no me hayas dado Tú? ¿Qué te puedo decir que no me hayas dicho Tú? ¿Qué puedo hacer por Ti si yo no puedo hacer nada, si yo no puedo hacer nada, si no es por Ti, mi Dios?
(Todo lo que sé, todo lo que soy, todo lo que tengo es tuyo.)(Bis)
Con amor eterno ¡te amo!, por eso derramaré mi gracia en ti. Con misericordia serás reconstruida y siempre, con ternura, te amaré. Así dice el Señor: Te sanaré, curaré tus heridas, lleno de amor por ti, cuido tu vida.
Estribillo Así dice el Señor: Cambiaré tu suerte en el desierto, el llanto de tu pueblo consolaré.
Estribillo Así dice el Señor: Multiplicaré tu descendencia, será fecunda la tierra en la que habites.
Estribillo Así dice el Señor: Cantarás salmos de alabanza, rebosante de gozo, danzarás.