Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana
se levaanta,
tan cierto como que este canto
lo puedes oír.

Lo puedes sentir
moviéndose entre los que aman.
Lo puedes oír
cantando con nosotros aquí.
Lo puedes llevar
cuando por esa puerta salgas.
Lo puedes guardar
muy dentro de tu corazón.

Estribillo
Lo puedes notar
junto a ti en cualquier momento;
le puedes hablar
de esa vida que le quieres dar;
no temas ya más,
Él es Dios y nos perdona a todos;
Jesús está aquí,
si tú quieres le puedes seguir.

Estribillo
Aleluya, creo en tí.
Aleluya creo en el Amor.
Aleluya (aleluya) creo que la gente (aleluya)
tiene hambre y sed de Dios. Aleluya
Te vengo a ofrecer, te vengo a ofrecer,
¡oh, mi Salvador!;
el vino y el pan, el vino y el pan
de nuestro sudor.

Te vengo a ofrecer, te vengo a ofrecer
con todo mi ser:
(el vino y el pan, la tierra y el sol
y mi corazón.)(Bis)

Hoy quiero cantar, hoy quiero cantar
de gozo y de paz.
Hoy quiero llorar,
yo quiero saltar de felicidad.

Estribillo
(Santo, Santo, Santo, Santo,
Santo es el Seño-o-or.
Llenos están el cielo y tierra
de tu amor.) (Bis)

Bendito el que viene en el nombre,
el que viene en el nombre del Señor,
del Señor.

Nota: es opcional cantar el estribillo final una vez

Segunda voz:
Santo es el Señor,
llenos están
el cielo y tierra
de su amor.
RECÍBEME
CON TODA LA MISERIA QUE HAY EN MÍ
CON TODOS LOS DESEOS DE SEGUIR
POR TU CAMINO.

ILUMINAR
ES HOY EL RETO EN LA OSCURIDAD
SERVICIO, ENTREGA EN FIDELIDAD,
HASTA LA MUERTE.



Hoy es tiempo de dar
a manos llenas lo que se nos dio.
Brillar, hasta consumirse
iluminar a un mundo en penumbras,
hasta que no quede yo sino tú.

RECÍBEME
CON TODA LA MISERIA QUE HAY EN MÍ,
CON TODOS LOS DESEOS DE SEGUIR
POR TU CAMINO.

ILUMINAR
ES HOY EL RETO EN LA OSCURIDAD,
SERVICIO, ENTREGA EN FIDELIDAD,
HASTA LA MUERTE.



No se enciende una lámpara
para ponerla bajo el celemín.

La luz que encendiste en mí
la ponga yo en lo alto
y que María me ayude a decir sí.

RECÍBEME
CON TODA LA MISERIA QUE HAY EN MÍ
CON TODOS LOS DESEOS DE SEGUIR
POR TU CAMINO.

ILUMINAR
ES HOY EL RETO EN LA OSCURIDAD,
SERVICIO, ENTREGA EN FIDELIDAD,
HASTA LA MUERTE.


RECÍBEME
Versión Parroquia san Bruno-Misa de 20h:
Intro:


Dijiste "sí"
y la tierra estalló de alegría.
Dijiste "sí"
y en tu vientre latía divina la Salvación.

Hágase en mí, de corazón,
la voluntad de mi Señor.
Que se cumplan en mí cada día
los sueños de Dios.

(María,
las tinieblas se harán mediodía
a una sola palabra que digas,
en tus labios alumbra ya el sol.

María,
la doncella que Dios prometía,
un volcán de ternura divina,
primavera de Dios Redentor.)(Bis)
(Si se termina aquí el canto, en el bis:
primavera de Dios Redentor.)

Gabriel tembló,
conmovido con tanta belleza,
Madre de Dios,
cuélame en tu mirada de amor de la Anunciación.

Hágase en mí, de cora zón,
la voluntad de mi Señor.
Que se cumplan en mí cada día
los sueños de Dios.

(María,
las tinieblas se harán mediodía
a una sola palabra que digas,
en tus labios alumbra ya el sol.

María,
la doncella que Dios prometía,
un volcán de ternura divina,
primavera de un Dios Redentor.)(Bis)
(Si se termina aquí el canto, en el bis:
primavera de Dios Redentor.)

Nota: en el estribillo final, sea cuando sea,
en el bis, la segunda voz dice: Ave María.

Versión original:
Intro:


Dijiste "sí"
y la tierra estalló de alegría.
Dijiste "sí"
y en tu vientre latía divina la Salvación.

Hágase en mí, de corazón,
la voluntad de mi Señor.
Que se cumplan en mí cada día
los sueños de Dios.

María,
las tinieblas se harán mediodía
a una sola palabra que digas,
en tus labios alumbra ya el sol.

María,
la doncella que Dios prometía,
un volcán de ternura divina,
primavera de Dios Redentor.

Gabriel tembló,
conmovido con tanta belleza,
Madre de Dios,
cuélame en tu mirada de amor de la Anunciación.

Estribillo final (bis):
Hágase en mí, de cora zón,
la voluntad de mi Señor.
Que se cumplan en mí cada día
los sueños de Dios.

María,
las tinieblas se harán mediodía
a una sola palabra que digas,
en tus labios alumbra ya el sol.

María,
la doncella que Dios prometía,
un volcán de ternura divina,
primavera de un Dios Redentor.
(en el bis: primavera de Dios Redentor.)

Nota: en el estribillo final, en el bis,
la segunda voz dice: Ave María.