Surgirá un mundo nuevo, levantado por la fuerza del amor, hecho por hombres con el corazón abierto al Espíritu de Dios. Y su Ley será el perdón y su justicia el amor, por la fuerza de su fe en el Señor. Un solo Dios nos reúne en su paz, derribando las murallas con que fuimos separados, un solo bautismo, una misma fe; por su cruz Él ha vencido a la muerte, ha creado en sí mismo un hombre nuevo.
Estribillo Gentes de toda raza, lengua y nación, formaremos este pueblo dedicado al Señor: sin esclavo ni libre, hombre ni mujer. Uno sólo es el Señor y Él nos une. Cantaremos las grandezas del Dios vivo.
(Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.) (Bis) Si sientes que Cristo, en ti vivo está grita fuerte en tu alma: ¡Aleluya! Si piensas que el mundo, aún puede cambiar grita fuerte en tu alma: ¡Aleluya!
Junto a Ti, Señor, mi alma se siente feliz, y tu compañía es necesaria para mí. La seguridad de tu presencia siento en mí, como la vida que das y brotará sin fin.
Repartirás tu pan , tu cuerpo es, y ofreceremos la oración. Se beberá de Ti, tu sangre es, amor sin fin, el que nos das.
Repartirás tu pan, tu cuerpo es, y ofreceremos la oración. Se beberá de Ti, tu sangre es, amor sin fin, el que nos das. Tu cuerpo y sangre son. Crece la oración, la devoción y el gozo en mí. Mi trabajo ofrezco hoy sin a cambio pedir. Hay que mantener la unión en torno a tu amor, pues la fe sale de tu grandioso corazón.
Danos tu Paz, danos la paz, danos paz, Señor. Camina con nosotros que encontremos tu Amor. Uniendo nuestras manos cantaremos al caminar. Danos, Señor, tu Paz.
Danos tu Paz, danos la paz, danos paz, Señor. Camina con nosotros que encontremos tu Amor. Uniendo nuestras manos cantaremos al caminar. Danooooos, Señoooor, tu Paaaaz Danos, Señor, tu Paz.
El agua del Señor sanó mi enfermedad, el agua del Señor Jesús. El agua del Señor sanó mi enfermedad, el agua del Señor Jesus. El que quiera y tenga sed, que venga y beba gratis. El que quiera y tenga sed, beba el agua de la vida.
Estribillo (El que beba de este agua, jamás, tendrá sed.)(Bis)
Estribillo Sobre Ti derramaré, el agua, que es mi vida, y tu corazón de piedra, en amor transformaré.
Estribillo El que crea en mi Palabra y se abra, a mi fuerza, de su seno brotarán, torrentes de agua viva.
Estribillo (Te doy gracias, Tú me cambias, Tú me llenas, me has salvado.)(Bis)
Para que mi amor no sea un sentimiento tan sólo un deslumbramiento pasajero; para no gastar las palabras más mías ni vaciar de contenido mi "te quiero". Quiero hundir más hondo mi raíz en Ti, y cimentar en solidez, este, mi afecto; pues mi corazón, que es inquieto y es frágil sólo acierta si se abraza a tu proyecto.
Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: "Aquí estoy para hacer tu voluntad para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final". Duermen su sopor y temen en el huerto; ni sus amigos acompañan al maestro. Si es hora de cruz, es de fidelidades; pero el mundo nunca quiere aceptar esto. Dame a comprender, Señor, tu amor tan puro, amor que persevera en cruz, amor perfecto; dame serte fiel cuando todo es oscuro, para que mi amor sea más que un sentimiento.
Estribillo No es en las palabras, ni es en las promesas donde la historia tiene su motor secreto; sólo es el amor en la cruz madurado, el amor que mueve a todo el universo. Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos, por sobre mis seguridades y mis miedos; y, para elegir tu querer y no el mío, hazme en mi Getsemaní fiel y despierto.
Estribillo final (bis): en el bis, subir un tono.
Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: "Aquí estoy para hacer tu voluntad para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final".
Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: "Aquí estoy para hacer tu voluntad para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final".
Tantas cosas en la vida nos ofrecen plenitud, y no son más que mentiras que desgastan la inquietud. Tú has llenado mi existencia al quererme de verdad. Yo quisiera, Madre Buena, amarte más.
En silencio escuchabas la Palabra de Jesús, y la hacías Pan de vida meditando en tu interior. La semilla que ha caído ya germina, ya está en flor. Con el corazón en fiesta cantaré:
Ave María, ave María. Ave María, ave Maríía. Desde que yo era muy niño has estado junto a mí, y guiado de tu mano aprendí a decir sí. Al calor de la esperanza nunca se enfrió mi fe, y en la noche más oscura fuiste Luz.
No me dejes, Madre mía, ven conmigo al caminar; quiero compartir mivida y crear fraternidad. Tantas cosas en nosotros son el fruto de tu amor. La plegaria más sencilla cantaré: