Vengo ante Ti, mi Señor,
reconociendo mi culpa,
con la fe puesta en tu amor
que Tú me das como a un hijo.
Te abro mi corazón
y te ofrezco mi miseria,
despojado de mis cosas,
quiero llenarme de Ti.

Que tu Espíritu, Señor,
abrase todo mi ser,
hazme dócil a tu Voz,
transforma mi vida entera.
Hazme dócil a tu Voz,
transforma mi vida entera.

Puesto en tus manos, Señor,
siento que soy pobre y débil,
mas Tú me quieres así,
yo te bendigo y te alabo.
Padre, en mi debilidad,
Tú me das la fortaleza,
amas al hombre sencillo,
le das tu paz y perdón.

Estribillo
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad.

Todo mi haber y mi poseer
vos me lo disteis
y a vos, Señor, lo torno,
todo es vuestro.
Disponed a toda vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
dadme vuestro amor y gracia,
que esto me basta.

Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad.
Intro:


Santo, Santo, Santo,
Santo es el Señor,
(Santo es el Señor,
Dios del Universo.) (Bis)

Llenos están el cielo
y la tierra de tu Gloria.

Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.
Hosanna, hosanna,
hosanna en el cielo.


Bendito el que viene
en nombre del Señor.

Estribillo

Nota: se canta más suave "llenos están..."
y "bendito el que viene..."
Dios es fiel, guarda siempre su alianza,
libra al pueblo de toda esclavitud.
Su Palabra resuena en los profetas
reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha por el desierto ardiente,
horizonte de paz y libertad.
Asamblea de Dios eterna fiesta,
tierra nueva, perenne heredad.

Si al mirar hacia atrás somos tentados,
de volver al Egipto seductor.
El Espíritu empuja con su fuerza
a avanzar por la vía del amor.

El maná es un don que el cielo envía
pero el pan hoy se cuece con sudor.
Leche y miel nos dará la tierra nueva
si el trabajo es fecundo y redentor.

Y Jesús nos dará en el calvario
su lección: “Hágase tu voluntad”.
Y su sangre vertida por nosotros,
será el precio de nuestra libertad.
Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partes,
y sola nunca me dejes.
Y ya que me proteges tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.